Fístula anal tratamiento: Por lo general, las fístulas anales comienzan mucho antes de que el paciente sepa que tiene una en su región perianal. Estas no son más que especies de rupturas en las paredes del ano y que pese a estar una zona poco aseada, no se logran recuperar o sanar y terminan provocando efectos internos que más tarde se expresan en forma de abscesos cerca del ano externo.
Desde la primera ruptura hasta la exposición en forma de absceso, se forma una especie de túnel que está infectado y que produce pus que luego debe ser drenado.
La fístula anal tratamiento es generalmente en dos pasos, donde la primera lleva a cabo la limpieza y drenaje del absceso para eliminar el dolor o molestia. La segunda parte va ligada a la intervención quirúrgica, es ahí donde yo como Dra.
Especialista en cirugía abdominal y tratamientos proctológicos voy a darte un tratamiento óptimo para tu salud.
¿Qué medicamento es bueno para la fístula?
El tratamiento médico de una fístula anal generalmente incluye el uso de antibióticos para combatir posibles infecciones, pero es importante destacar que los medicamentos por sí solos no suelen curar la fístula. Algunos medicamentos recetados pueden ayudar a controlar los síntomas y prevenir infecciones mientras se planifica un tratamiento definitivo, como la cirugía. Los antibióticos, como el metronidazol o ciprofloxacino, son comúnmente utilizados para reducir la inflamación y evitar que la fístula empeore, pero no resuelven el problema de raíz. En algunos casos, los médicos también pueden recetar analgésicos para controlar el dolor. Es fundamental consultar a un médico para obtener el tratamiento adecuado.
¿Cómo tratar una fístula en el ano?
El tratamiento definitivo de una fístula anal generalmente implica una intervención quirúrgica. Existen varios tipos de procedimientos, dependiendo de la complejidad de la fístula, entre ellos:
Fistulotomía: Es el tratamiento más común, en el cual el cirujano abre la fístula para que pueda cicatrizar de adentro hacia afuera.
Colocación de setón: Este es un hilo que se coloca a través de la fístula para permitir que drene y cicatrice lentamente. A menudo se utiliza cuando la fístula involucra áreas sensibles como el esfínter anal.
Cirugía de colgajo de avance: En casos complejos, este procedimiento se realiza para cerrar la fístula con tejido sano.
El objetivo de cualquier tratamiento es eliminar la fístula, evitar que se reproduzca y minimizar el riesgo de daño en el esfínter anal, que podría causar incontinencia. Los tratamientos médicos, como los antibióticos y los baños de asiento, pueden ayudar a controlar los síntomas, pero la cirugía suele ser necesaria para curar la fístula por completo.
¿Qué pasa si tengo una fístula y no me opero?
Si no se trata, una fístula anal puede provocar complicaciones serias. En primer lugar, la fístula puede continuar drenando pus y líquido, lo que genera molestias continuas y un alto riesgo de infección. A largo plazo, una fístula no tratada puede causar la formación de abscesos recurrentes, que son bolsas de pus dolorosas e infectadas. Además, la infección crónica puede extenderse a otras partes del cuerpo y, en casos graves, llevar a complicaciones como septicemia, que puede poner en peligro la vida. Por otro lado, al no tratar la fístula, aumenta el riesgo de que la estructura y función del esfínter anal se vean comprometidas, lo que puede generar problemas de incontinencia en el futuro. Por eso es esencial tratar la fístula con prontitud.
¿Qué es lo que provoca una fístula?
Una fístula anal se forma cuando una glándula en el interior del ano se infecta, formando un absceso que luego drena hacia la piel cercana. Las principales causas de las fístulas incluyen:
Infección de las glándulas anales: Esta es la causa más común y ocurre cuando una glándula dentro del canal anal se bloquea y se infecta, formando un absceso que eventualmente se convierte en fístula.
Enfermedad de Crohn: Esta afección inflamatoria crónica del intestino puede aumentar el riesgo de desarrollar fístulas anales.
Diverticulitis: La inflamación o infección de los divertículos en el intestino puede ser un factor desencadenante.
Cirugías previas o traumatismos anales: Pueden alterar la estructura de los tejidos, facilitando la formación de fístulas.
Tuberculosis o VIH: Algunas infecciones crónicas pueden favorecer la aparición de fístulas.
Además, cualquier condición que provoque inflamación crónica en el área anal puede aumentar el riesgo de desarrollar una fístula. Es importante identificar la causa subyacente para elegir el tratamiento más adecuado.
Síntomas y causas de la fístula anal:
Antes de saber más sobre la fístula anal tratamiento, es necesario conocer que hay dos tipos de ellas que pueden manifestarse en una persona. Las fístulas simples son las más comunes, parten de una ruptura en la pared anal y que luego terminan en un absceso que debe ser drenado antes de la intervención quirúrgica que prestamos en la clínica de hemorroides.
Luego se encuentran las fístulas complejas, que son las que afectan gravemente la musculatura anal y que llevan a tratamientos mucho más drásticos.
Claramente, uno de los síntomas que más se frecuentan entre los pacientes que acuden a mi consultorio en la Av. Javier Prado Este 1510, San Isidro (Perú), es el dolor y el absceso en el ano. Otros en caso más avanzados o graves pueden presentar orificios externos de la fístula con material fecal y maloliente.
En cuanto a sus causas, la principal es la herida producida por inflamación o irritación e incluso el mismo material fecal duro o con restos que puede romper la pared anal. Ahora, como especialista en enfermedades proctológicas, paso a contarte la fístula anal tratamiento, para que conozcas el tipo de intervención quirúrgica que aplicamos. Dentro de mi web Dra. Milagros Quinto puedes aprender un poco más sobre el tema y ver las demás afecciones de la región anal.